Nuestra materia prima

En las anteriores entradas me he dedicado a las lecturas litúrgicas con mucho amor. Sin embargo, este es un blog para todos los públicos y todos los horizontes. ¡Ahora toca diversión!

Estaba admirando la charla del profesor Hutzli -en francés http://www.college-de-france.fr/site/thomas-romer/symposium-2011-04-04-14h30.htm- y me quedé maravillado de la profundidad de sus investigaciones, por lo que busqué sus artículos por ahí. Todo hay que decirlo: Hutzli es ciertamente brillante pero su presentación oral en el vínculo citado es mejorable. Pienso que el interés de sus investigaciones pide una oratoria con más garra, que sea más equilibrada la intensidad de la materia de su charla con la forma de su presentación. ¿Podría alguien darle un cortés comentario al respecto? Yo soy muy tímido.

Así que ahora, eclipsado por su talento,  estaba saboreando su artículo https://www.academia.edu/1944665/The_Procreation_of_Seth_by_Adam_in_Gen_5_3_and_the_Composition_of_Gen_5 y, nada más empezar, me topo con lo primeros versos de Gen 5 que, vistos al microscopio, pueden ser nitroglicerina.

Antes de proceder a una de mis traducciones creativas, una aclaración: Respeto de todo corazón los textos que para muchos son sagrados pero tampoco podemos renunciar a su belleza artística ni dejar de apuntar la venerable solera de miles y miles de años que algunos fragmentos son capaces de contener, así como su dinamismo, que se manifiesta en renovadas expresiones culturales relativamente recientes.

En consecuencia, hecha la advertencia, vamos a Gen 5,1. Mi supuesta «creatividad» procede de que cuando nuestras biblias traducen «a semejanza de Dios» o, por ejemplo, a «imagen suya«, estamos muy (im)presionados por la traducción griega que emplea el término «icono«. Sin embargo, la raíz semítica es «dm» y eso, amigos, quiere decir SANGRE. Por consiguiente, otra versión podría ser:

«El día que Dios creó a Adán,
con SANGRES Dios lo hizo.»

por cuanto la raíz citada la vemos con una terminación en plural femenino «wt». Problemas serios tiene esta versión -aparte de que transgrede una prolongada tradición- y es que la palabra «sangre» es de género masculino y la terminación plural que propongo es propia del femenino. Pero esto no debe asustarnos porque el género de palabras importantes a veces es vacilante. A «sol», el astro del día, a veces le pasa esto: En árabe moderno tiene género femenino. Recuerdo -hablo de memoria- un poema de bonito título: «Madre sol».

Pero tiene mi creatividad una virtud y es que enlazaría con tradiciones no helenísticas del Oriente Medio medieval. Incluso llegaríamos por esta vía -soy tan ecuménico- a una tradición de lectura coránica que ve la sura 96, verso 2, de esta forma: «Dios creó al ser humano a partir de un coágulo» (de sangre). De hecho, toda la breve sura 96 recibe su nombre de este verso y se denomina ella en su totalidad así: La sura del coágulo. Otra cosa es que la raíz «‘lq» se haya que traducir con tal idea, pero sí que existe una tradición al respecto.

Pero aún hay más: Ya saben los lectores de este blog el poco respeto que le tengo a las vocales. Sin embargo, aquí siguiendo casi  perfectamente las reglas de formación de un sintagma de anexión y como el otro día hablaba del «Enuma Elis«, podríamos traducir también Gen 5,1 así:

«El día que Dios creó a Adán,
con SANGRES de Dios lo hizo.»

Y, efectivamente, para muchas culturas antiguas algo divino llevamos de fábrica.
Luego, ya lo que hagamos … no sé: El verso 4 del mismo capítulo 5 del Génesis con análogo despliegue de creatividad al anteriormente desarrollado se podría traducir:
Muy entrado en años

«Adán tuvo un hijo con sus SANGRES, como una sombra  suya, y le llamó Shet«.

He optado por los tonos sombríos porque la raíz «Slm» se presta a ello.
Así que, por favor, cultivemos nuestra potencialidad divina con la menor tiniebla posible.

Zoología evangélica

Continuemos con el evangelio de este domingo 14, ciclo C, porque tiene miga. Lo leo o lo veo en http://www.stamsilencio.com/

y me hago una cuestión que puede tener implicaciones exegéticas: ¿Es un relato biográfico o alegórico? ¿O las dos cosas?

El ámbito de la exégesis me rebasa ampliamente pero -solo por sentido común- puede que la solución vaya, a la limón, tanto por lo simbólico, como por lo «biográfico», con todas las limitaciones de una biografía de cualquier personaje de la Edad Antigua. En cualquier caso, este es un blog literario y solo daré pistas. Que decidan los exégetas.

El que Jesús fuera de peregrinación a Jerusalén desde Galilea y pidiera a parte de su equipo -¿setenta o setenta y dos individuos?- que se fueran adelantando para que los samaritanos -¿los lobos de Lc 10:3?- no se pongan nerviosos al ver tantos «inmigrantes» galileos juntos puede tener sentido. En cualquier caso, la palabra «Shalam», paz y/o saludo, aparece cuatro veces en tres versos: Lc 10, 4-6. El que esa «paz» sea un mero saludo para tranquilizar a los samaritanos o la PAZ mesiánica para la ecúmene, es una opción exegética que aquí no sabría yo definir. En otro caso-ver la primera de las entradas de este blog «Versión minimalista» https://bibliababel.wordpress.com/2016/05/24/version-minimalista/- ya me incliné por el mero saludo. Lo que tengo claro es que en Lc 10:6 sí que hay que traducir la rimbombante expresión de «hijo de la paz» por un sencillo «persona buena» u «hombre de bien».

Pero, ya en el plano alegórico, aparte de los supuestos hombres-lobo samaritanos, es destacable la presencia de especies herpetológicas en Lc 10:19. Nos vienen a la cabeza los ecos de Isaías 27:1. Aquí, en Lucas, los bichos son más pequeñitos pero no vamos a comparar YHWH con los compañeros de Jesús: Cada cual con los de su tamaño. A su vez, Is 27:1 refleja ecos de otra cacería mítica todavía más barroca.

Así, en su correspondiente proceso cosmogónico, el dios mesopotámico Marduk se las tenía que ver, entre otros, con

«hidras, dragones formidables, monstruos marinos, leones colosales, perros furiosos, hombres-escorpiones, monstruos agresivos, hombres-peces y bisontes gigantescos»

según la versión ofrecida por el ilustre profesor Lara Peinado de un antiguo poema acadio, «Enuma elis«.

Se ve que, efectivamente, otro mundo es posible, pero que antes hay que modificar sensiblemente el ecosistema de partida. Así es la idea de los mitos de creación antiguos. Por supuesto, «Laudato si’» se posiciona totalmente en contra y los cristianos – y todo el mundo, dicho sea de paso- tenemos que proteger la biodiversidad. Para ello y para que la paz y lo bueno de la (re)creación de Cristo avance, no tenemos que lidiar con Godzilla pero sí tenemos que vencer, o domesticar, nuestras propias alimañas morales.

¡Feliz julio 2016!