Las injusticias causan catástrofes naturales y sociales

Eso suena a “Laudato sì”. También de ello parece que trata Amós, de cuyo texto se forma la primera lectura de este domingo 25 de tiempo ordinario.

El libro de  Amós tiene fama de ser muy antiguo y, ciertamente, en parte por eso es difícil de traducir. También lo es porque el lirismo de estos profetas de supuesto “bárbaro hablar” utiliza metáforas que no son fáciles  de verter en otros contextos lingüísticos y culturales. De hecho, los expertos en liturgia nos troncan la lectura en el versículo 7, justo cuando empieza un apocalipsis acongojante.

En este caso creo intuir su motivo para NO incluir el verso 8. Supongo que es por las “cicatrices” que ha sufrido el texto de este verso durante su milenaria transmisión hasta nosotros. Por lo menos, he detectado dos “cicatrices”.

Una de ellas es que frente a una “luz” que aparece en el texto masorético estándar, tenemos un “río” en versiones autorizadas (LXX griega, Peshitta siriaca y otras). La otra cicatriz es un verbo que NO se entiende porque quizás sea un error de copista muy antiguo, tan antiguo que los sabios judíos no han considerado reverente corregirlo. Lo que sí pusieron es un comentario al margen –una MASORA- del tipo “queré” (lectura), es decir que se escribe la palabra de la forma tradicional, posiblemente errada, pero se debe leer (e interpretar) de otra manera.

El problema que encuentro es que el verso 7 se puede traducir NO como nos cuentan la mayoría de las traducciones modernas que tenemos al uso, sino de otra manera muy distinta si se emplea el conector causativo y/o adversativo אִם con su acepción más frecuente de “si” (condicional) o “aunque”. Así lo hicieron muchos de nuestros maestros traductores castellanos medievales: léanlo, por favor, en la magnífica web del corpus “Biblia Medieval”.

Inspirándome en ellos, en exclusiva para los lectores de este blog, aquí va mi propia versión más moderna:

7 Juró el Señor por la gloria de Jacob:

“Aunque me olvidase para siempre de todas sus fechorías …

Y con el truncamiento de la lectura, se queda en suspenso la frase. Habría que continuar con:

 8 ¿acaso por ello, no se estremecerá la tierra

dejando en duelo a todos sus moradores?”.

Se levantará toda ella como un relámpago

siendo arrastrada e inundada

como si se tratase del Nilo de Egipto.

 9 En aquel día acaecerá lo que anunció el Señor YHWH: (y sigue el relato con cataclismos apocalípticos provocados por Dios)

 Todo lo cual me recuerda un montón a Lc 19:40: “Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.” O sea, que  si Dios y/o los seres humanos permaneciésemos inactivos ante las injusticias, entonces será la propia Creación quien reaccione. Parece como si lo creado, aun sin conciencia ni raciocinio, tuviera su propio código.